La falta de consistencia o dificultad manteniendo un curso de acción definido…
Se está viendo cada vez más y más.
En la sociedad moderna toda la evolución, queriendo o sin querer queriendo…
Se ha orientado hacia la distracción. En la actualidad con tanto estímulo que estamos recibiendo, pocos son los capaces y poseedores de la fuerza de voluntad necesaria para no caer en todas aquellas distracciones.
El gran problema es que dichas distracciones privan a muchos de seguir sus mayores anhelos, ser incapaz de mantener un curso de acción definido los pone en una gran desventaja.
Sin embargo, lo importante es que no se requiere de mucho para empezar tomar un camino diferente…
Solo se requiere consciencia. Al realizar por tu cuenta o por fuentes externas, al ser consciente de cómo aquel gran estímulo te está frenando, puedes decidir tomar acción, resistir y protestar.
La acción debe ser tenaz, no es posible resistir aquellas distracciones con acciones flojas…
Debes emprender acciones que te empoderen y te devuelvan el control que poco a poco has perdido.
La manera más “sencilla” para hacer esto es poniendo en práctica el ejemplo más básico y directo que define la consistencia.
Al igual que la definición científica de la consistencia:
“La consistencia de un líquido es una proporción de su protección contra la distorsión a un ritmo determinado.”
La clave está en adquirir un ritmo determinado y protegerlo de la distorsión con la consistencia.
Es decir, emprender una acción cada día, día tras día, sin falla. Es importante recalcar que la intensidad debe ser variable, no todos lo días podrás emprender la acción al 100, por el contrario, tomarse días de descanso es fundamental, pero esto no significa echarse en el mueble o la cama, sino emprender la acción a un 20% de capacidad pero manteniendo el ritmo determinado para así evitar la distorsión.
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