No es ajena la importancia de las actividades diurnas…
Estas son capaces de crear grandes cambios. Sin embargo, ponerlas en marcha no es fácil.
Requiere de una gran fuerza de voluntad para llevar a cabo actividades diurnas y no abandonarlas luego de un par de días.
Todos hemos estado ahí de alguna manera u otra, con ansias por adoptar un nuevo hábito/ actividad y luego de unos pocos días olvidarse y abandonarla.
La razón exacta sobre la causa de este comportamiento varía de persona en persona…
Pero la media o lo común es que se debe a expectativas y comodidad.
Cuando tienes solo en mente la expectativa del resultado que te dará dicha actividad te drenarás, por otro lado, enfocarse en el proceso suele ser la solución de tal emoción drenante, tomar las cosas día a día controlando lo que puedes controlar.
La comodidad es otro factor que causa el abandono o falta de compromiso hacia actividades diurnas.
En tal instancia se presenta la pequeña vocecita que se queja por todo y todo le da pereza.
Calla aquella voz tomando acción y sintonizando tu poder personal. Sé consciente que tienes la capacidad de hacerlo, que personas con menos ventaja o tiempo lo logran.
Invita la voz fuerte y dominante a convertirse en la protagonista de tus acciones. Esta te ayudará mucho más que la vocecita perezosa que lo único que hace es mantenerte en el mismo círculo vicioso de la comodidad.
Leave a Reply